domingo, 2 de noviembre de 2014

Un maravilloso lugar para jugar con nuestra historia


El Museo del Juguete de San Isidro recupera, conserva, promueve y amplía las experiencias de juego y el uso de juguetes.


Es un espacio para expertos en jugar, o sea todos nosotros, y de exploración de las diferentes maneras de comunicarse y convivir.
Es un escenario donde poner en discusión prejuicios, preconceptos, juicios de valor sobre el juego y los juguetes en la sociedad actual.
Es un puente que une la propia infancia con otras infancias para entenderlas más.
Es un reservorio narrativo sobre las infancias y las ilimitadas formas vivir y de jugar.

El juego en el museo: un modelo social de integración, democratización y participación no competitiva y no consumista.

Los juguetes en el museo: su historia y análisis enriquece la mirada sobre el pasado y la cultura lúdica actual.

Los visitantes en el museo: siempre expertos, porque todos hemos sido niños y jugado.

Las infancias en el museo: dar validez a las infancias diversas. Dar valor a las experiencias de la infancia, a la mente infantil como un modo legítimo de mirar el mundo.

La imaginación en el museo: no como sinónimo de fantasía sino como motor de modos inéditos de pensar y hacer mundos, otros mundos posibles.
http://museodeljuguetesi.org.ar/

lunes, 3 de febrero de 2014

Prólogo por E.F. Schumacher a "La Vida en el Campo" de John Seymour:

«Podemos hacer las cosas por nosotros mismos o pagar a otras personas para que nos las hagan. Son dos sistemas de abastecimiento y ocupación que podríamos denominar "sistema de suficiencia" y "sistema de organización".
El primero tiende a crear hombres y mujeres independientes: el segundo supone hombres y mujeres integrados en una organización.
Todas las comunidades practican una mezcla de ambos sistemas; donde la interacción de uno y de otro se realiza en distintas proporciones.
En el mundo moderno, durante los últimos cien años se ha producido un cambio enorme y único en la historia: de la suficiencia a la organización. Se ha migrado de una a otra y a consecuencia de esto, las personas se vuelven cada vez menos autosuficientes y más dependientes. Pueden afirmar que tienen niveles de educación más elevados que cualquier generación pasada; pero lo cierto es que no pueden hacer nada sin ayuda de otros.
Dependen completamente de vastas y complejas organizaciones, de máquinas y robótica, de ingresos monetarios cada vez mayores. ¿Qué ocurre cuando sobreviene el paro, el desperfecto eléctrico y mecánico, la recesión, el desempleo? ¿Proporciona el Estado todo lo necesario?.
Muchas personas quedan atrapadas en la red de seguridad; y ¿qué ocurre entonces? Pues que sufren, se desaniman y hasta se desesperan. ¿Por qué no pueden ayudarse a si mismas?
En general la respuesta es evidente: no saben cómo hacerlo. Nunca lo han intentado, no sabrían siquiera por dónde empezar.»